jueves, 27 de junio de 2019

¿En necesaria la selectividad? (III)

Fuente: Freepik

En base a los dos post anteriores, planteo que la existencia de la selectividad demuestra que no se confía en el sistema educativo (secundaria y bachillerato). Por otro lado, de continuar aplicando la selectividad, esta debiera de aplicarse por igual, es decir, idénticos exámenes para todas las comunidades que conforman el territorio español.

¿Quiénes tienen la obligación de presentarse a la selectividad? Solo los alumnos que culminaron el ciclo de bachillerato y/o el grado superior de formación profesional y desean optar por una educación universitaria.

¿Qué entidad determina cuáles son las materias que debe de examinarse (y aprobar)? Cada carrera universitaria exige un conjunto de materias. Por ejemplo, si el bachiller desea estudiar la carrera de psicología, tiene que presentar un examen de matemáticas II, otro de biología o de química (las tres se estudian en el bachillerato de ciencias) aparte de las troncales: historia, lengua e inglés, que son comunes a cualquiera de los bachilleratos (ciencias, humanístico, tecnológico o de artes). ¿Y si el mismo bachiller, el que desea estudiar psicología, hubiera cursado el bachillerato humanístico? Según lo exigido por la universidad, tendrá que estudiar por su cuenta y riesgo, en menos de un mes (si está cursando aún el bachillerato), matemáticas II, biología o química. Y ¡zas!, tremendo corte de piernas…

¿Por qué ocurre esto? Imagino que la primera respuesta que os cruza por vuestra mente es: este alumno está o estaba algo perdido.

Y es la respuesta correcta. El alumno estaba perdido. No sabía dónde estaba parado.
Advierto que no es un caso aislado. No. Son pocos los alumnos que, egresados de la educación secundaria obligatoria, saben o al menos tienen una idea aproximada de lo que desearán estudiar una vez culminado el bachillerato. ¿Por qué? La respuesta la tenemos que trasladar a los años de la secundaria donde debieran de recibir mucha más orientación de la que actualmente tienen. Una verdadera acción orientadora (sea psicólogo escolar o psicopedagogo) puede ser la diferencia entre la dejadez y el esfuerzo de superación en los estudios.

No son suficientes los pensum de los cursos de la educación secundaria obligatoria en los que se incluyen materias humanísticas, de ciencias, tecnológicas y de arte, materias que van perfilando las inclinaciones de los estudiantes de cara al bachillerato o a la formación profesional y posteriores estudios universitarios. Un consejo a tiempo puede motivar, encausar o simplemente ayudar a superar los escollos en las materias que requieren mayor esfuerzo y dedicación, como son, por ejemplo, las matemáticas, la química y física, biología, lengua, materias que los alumnos prefieren dejar de lado y se decantan por un bachillerato que no las incluya o que al menos sus contenidos sean menos densos.
Por ello, insisto en que una buena orientación puede inducir al sano esfuerzo y a una diferente actitud ante el fracaso.

El esfuerzo de superación es crucial para alcanzar cualquier meta y más aún en bachillerato. Entonces no es justo que aquellos pocos alumnos que logran un promedio de calificaciones cercanas al diez deben de presentarse en paridad de condiciones que un alumno cuyo promedio resulte cercano a un cinco. Soy del parecer que un promedio notable o excelente debiera estar exento de la selectividad. Dos años de estudios meritorios pesan más que el 60% que computa la selectividad.

Ahora bien, ¿quiénes debieran de presentarse a la selectividad? Solo aquellos estudiantes cuyos promedios deben de mejorar para ser admitidos en una universidad. Y también, por supuesto, aquel estudiante notable o excelente que desee aumentar su promedio.

¿De qué manera sumarían a ese promedio las calificaciones obtenidas en los exámenes de selectividad? Simplemente acumulando notas, sin aplicación de porcentajes (un porcentaje del 60% no valora el esfuerzo del buen estudiante ni tampoco favorece a aquellos que deseen superarse).

Por supuesto que es importante que, de seguir aplicándose la selectividad como el medio para acceder a los estudios universitarios, los exámenes sean idénticos en contenidos y en dificultad, para todas las comunidades españolas, sin distingos y con el fin de que todos los estudiantes sean evaluados con equidad.

Y para concluir, una pregunta: ¿por qué una selectividad cuando debieran de ser las universidades las que tengan la potestad de realizar el examen de admisión para cada carrera?

Un saludo y hasta el próximo post.

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