Terror es “miedo muy
intenso”, según la primera acepción de la Real Academia Española (RAE). La
segunda lo define como “persona o cosa
que produce terror”. Pero la tercera acepción reza “(antonomasia): Método expeditivo de represión revolucionaria o contrarrevolucionaria”,
entendiéndose por antonomasia, retóricamente hablando, la designación de una
cosa con el nombre de otra, “consistente
en aludir a alguien mencionando una cualidad muy característica suya en lugar
de su nombre propio, o emplear el propio de alguien en lugar de la cualidad que
lo caracteriza, como en “el Apóstol”
por “san Pablo” o en “un nerón” por “un hombre cruel” (RAE).
Entonces, retóricamente hablando, había una vez un nerón muy
particular que, a diferencia del romano original, posee un discurso grosero y
precario (precario no con la intención de que su palabra llegue al pueblo sino
porque maneja no más de quinientos vocablos en su haber lingüístico), por lo
que se ve obligado a rodearse de tantos otros nerones que le indican qué tiene
que hacer para gobernar un país aplicando la tercera acepción de la RAE, es
decir, utilizar la represión revolucionaria para que el régimen sea
eficientemente totalitario. El nerón obedece órdenes de terceros nerones con
mayores luces que él: “nombra a este nerón para que rija el tribunal superior
constitucional”, “nombra a estos otros nerones para que lo secunden”, “coloca a
este otro nerón en la fiscalía”, “a este otro en la policía del estado”, “y a
este nerón me lo nombras general militar” … y así con todos los poderes
públicos para asegurarse la soberanía por secula
seculorum.
¿Y el pueblo, qué? Este nerón no quemará la ciudad, no, no
le conviene. Entonces aplica la ley del torniquete, una vuelta este mes, otra
vuelta al siguiente: “Hay que apretarse el cinturón” (léase: no hay dinero
porque lo invertí en militares y armamentos para que me protejan contra
aquellos que no me apoyan) o “Racionaremos la luz eléctrica debido a las
recientes lluvias torrenciales” (léase: No pudimos pagar los recambios de los
equipos y nuestros técnicos–los amiguetes de los nerones- no saben cómo reparar
tan alta gama de maquinarias) o también “La escasez de harina de trigo es culpa
de los oligarcas que quieren hurtar al pueblo para volverse ricos” (léase: no
tenemos fondos para pagar la deuda que tenemos con los proveedores extranjeros
y nos han cortado el crédito) o quizás “El uso de internet es un lujo
innecesario” (repítanse las razones anteriores que no son otras que el espejo
de una pésima administración del estado).
El nerón y sus nerones basan el régimen en que el hombre a
todo se acostumbra: hoy no hay pan, mañana no habrá leche, desde hace un mes
que no hay azúcar, vas a la farmacia y te racionan una pastilla de jabón por
quincena o no hay ibuprofeno o penicilina o gasa, escuchas que a un vecino lo
mataron por resistirse a un robo, que al de la tintorería lo acribillaron a
tiros, que a una amiga se le murió el crío en el hospital por falta de
antibióticos, que un grupo de motorizados armados se pavonean amedrentando a
gritos y con tiros al aire en un vecindario (que no son más que matones
respaldados por los nerones, porque los nerones no matan, pero siempre salen
con chaleco antibalas), que al hijo de fulano lo vieron por última vez cuando
protestaba junto a otros compañeros por el aumento del transporte, que las
noticias están coartadas y la ley mordaza es la que impera, que un vídeo puede
enjuiciarte como terrorista ante un tribunal militar siendo un civil de a pie…
No, no me lo invento, amables lectores, cuando se permite
democráticamente subir a un nerón a la silla presidencial de un país, puede que
tu hijo o tu nieto o tu sobrino o los tres sean enjuiciados por ejercer
terrorismo si reflejas mediante la palabra o un medio audio visual la realidad en
que vive él y todo un pueblo… y permítanme cerrar con otra referencia a la RAE
cuya tercera acepción de la palabra Terrorismo es: “Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo
común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos”
¡Qué ironía, cuando son los nerones los que actúan como bandas organizadas
criminales, indiscriminadamente con fines políticos, y aplican “una sucesión de actos de violencia
ejecutados para infundir el terror”! (la segunda acepción de Terrorismo
según la RAE).
No hay comentarios:
Publicar un comentario