jueves, 31 de diciembre de 2015

Feliz 2016

Imagen de freepik.es

Sé que no volverán los años nuevos que disfruté, pero nadie puede evitar los recuerdos, mis recuerdos de tantas entradas de años, con promesas y proyectos, vestirnos con alguna prenda de color amarillo (aunque fueran las bragas) para atraer la buena suerte, salir del portón sujetando una maleta augurando algún viaje de placer, lanzar alguna cacerola vieja para espantar las desgracias sufridas, comer lentejas en noche vieja para atraer el dinero... en fin, una sarta de tonterías que hice e hicimos y de los cuales todos nos reíamos al vernos, como tontos, al realizarlas. 

Sin embargo recuerdo un año nuevo con especial cariño hasta el punto de borrar la nostalgia y convertirla en alegría. Vivía en Caracas y yo no tendría aún la mayoría de edad y, como todos los adolescentes, deseaba algo diferente para esa noche, no repetir lo de cada año. Me adherí a la frase Natale con i tuoi e anno nuovo con chi vuoi (Navidad con los tuyos y año nuevo con quien quieras) y tanto insistí, tanto... que logré obtener el permiso para salir después de medianoche a... ¡visitar a todos nuestros vecinos! Solo era cuestión de caminar y cruzar la calle. Nos reunimos todos los jóvenes de las seis o siete casas que conformaban nuestra cercana vecindad y fuimos puerta a puerta, gritábamos a coro ¡Feliz año! ¡Feliz año! y abrían, dejándonos pasar. En cada una de ellas no faltó un vaso con Coca cola u Orange Crush, un trozo de pan de jamón, dulces árabes o torta negra. En alguna que otra casa bailamos al son de los hits del momento y sugar... oh honey honey... era uno de ellos. Cuando terminamos la ronda, nos quedamos sentados en la acera conversando banalidades con tal de no regresar a casa. Nos despedimos sin abrazos porque fueron tantos y tantos que uno más hubiera sido retórico. 

¿Fue mejor ese año nuevo que cualquier otro? No lo sé, no recuerdo, pero hoy día puedo decir que fue uno que comencé ahuyentando las tristezas... gracias a la alegría de mis amigos. 

A estas alturas del post ya imagináis que deseo para todos vosotros, para todos nosotros en el 2016 (y los venideros):
Amigos, aquellos de verdad, de los que están allí  para espantar nuestros miedos y tristezas y que, juntos, nos ayudamos a llevar adelante nuestro día a día en este mundo absurdo.

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