martes, 23 de junio de 2015

Vacaciones y vacaciones a medias

La algarabía llena los pasillos y aulas de colegios e institutos. A los alumnos y maestros les resulta difícil callar, todos quieren hablar, contar, despedirse. Hoy es el último día de clases de otro curso escolar. Algunos llorarán porque cambiarán de colegio, otros porque culminan un ciclo y otros simplemente porque saben que extrañarán sus amigos de pupitre. Maestros y profesores también extrañarán, sin duda, ese día a día cansón, a veces agotador, pero hoy, muchos de ellos también estarán contentos por los logros y las metas cumplidas, por aquel alumno que apenas sabía leer meses atrás, o por ese niño que no superaba los primeros exámenes del curso.

Y también hoy todos recibirán su boletín de calificaciones, el veredicto final que dictaminará si sus vacaciones serán de verdad vacaciones o vacaciones a medias porque no en todas las materias sacó un suficiente o más. Ese verdugo hecho de papel y letras y números que muchos temen abrir porque saben, intuyen que podrían haber estudiado más.

Sean vacaciones completas o vacaciones a medias, sin duda lo que nos espera es un verano que nos permitirá levantarnos más tarde, disfrutar del sol con los hombros al aire, ir al pueblo, pasear, montar en bicicleta y patear un balón sin el apremio de los deberes escolares.

Me despido, entonces, hasta septiembre, cuando las aulas enmudecidas volverán a llenarse de algarabía, de abrazos y reencuentros.

Pero, antes, deseo deciros que:

Acompañad a vuestros hijos y nietos a las bibliotecas, no os preocupéis si solo desean leer tebeos porque lo importante es que lean. Y si encontráis algún libro que tenga más letras que dibujos y os gustaría que lo leyeran, comiencen a leerlo juntos. De esta manera estaréis sembrando el gusanillo del qué pasará, del cómo acabará la historia.

Dejad que se aburran, no llenéis sus días de vacaciones con múltiples actividades y campamentos. Nuestros hijos también tienen que aprender a gestionar su tiempo libre. Tampoco permitáis que el televisor y los juegos electrónicos se conviertan en las niñeras del verano. Os sugiero llegar a un acuerdo de cuántas horas diarias pueden utilizarlas. Muy poco y “muy mucho” entorpecen por igual.

Y para los que tengan unas vacaciones a medias, a los padres os aconsejo que ayuden a sus hijos a hacer un horario de estudios (preferiblemente ubicarlo en las mañanas porque el ambiente y nosotros estamos más frescos) e igualmente hacer un cronograma con los contenidos de la(s) materia(s) pendiente(s). Si tenéis alguna duda sobre cómo elaborar un horario y/o un cronograma, con gusto os oriento. Estaré de vacaciones, pero leeré mi correo a diario.


Y ahora, sí: ¡Felices vacaciones y… feliz verano!  

No hay comentarios:

Publicar un comentario