martes, 2 de septiembre de 2014

Niñeras electrónicas

Habrá de los que lloran y también los que se alegran. Año nuevo, curso nuevo, con las mismas promesas del pasado:

Cumpliré con las tareas todos los días, repasaré los contenidos dados y leeré los temas de mañana, haré todos y cada uno de los esquemas, bla, bla, bla… Uf, ya me cansé… ¿cuándo es el próximo festivo? A ver, a ver, ¡jolines, hasta dentro de un mes, nada de nada! ¿quién habrá sido el desgraciado que inventó la escuela? Seguro que no tenía otra cosa más interesante que hacer ni tampoco amigos. Ya no podré ver la tele ni jugar con la Nintendo ni la PSP ni con… me falta uno… ¡ah, el móvil! Ya los veo venir:
Primero los deberes y luego el resto
Si no apruebas este examen, ya sabes lo que te espera
Mejor ocúpate de traer un buen boletín, si no, olvídate de la PSP, el móvil y la Nintendo 
¿Entonces, pregunto yo, para qué me los regalaron? No se imaginan lo que uno sufre… ¿Qué van a saber mamá y papá si cuando eran niños solo tenían la TV? ¡Y una sola!”

Las niñeras electrónicas no son la mejor opción. Ellas no organizan ni aconsejan. Si bien es cierto que mejoran determinadas habilidades (coordinación visomotora, agilidad mental, concentración) no dejan huellas en las actitudes, no educan.

Y la próxima vez que estemos pensando en qué regalar a nuestros hijos, sopesen si de verdad están obsequiando algo para su disfrute o un látigo-castigo.

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